Kattya González se presenta como candidata a presidenta de Paraguay y tiene bien claro qué es lo que quiere hacer y habla de todo en una entrevista con nuestro medio.
Pero empecemos por la crisis climática. La criptominería tiene un importante desarrollo en Alto Paraná y Guairá. Detractores advierten sobre el alto consumo de energía y el impacto social y ambiental. ¿Cuál es tu posición?
-Eso es algo que tenemos que estudiarlo, porque no se trata de usar por usar nomás nuestra energía, sino dentro siempre en el marco de un plan maestro que sea estratégico. ¿Nos conviene más instalar esas industrias o nos es más favorable la renta eléctrica? La toma de decisión no es sí o no. Es analizar, ver las implicancias ambientales, pero por sobre todas las cosas, ¿cómo eso retribuye e impacta en la economía y en el trabajo? Porque tal vez haya otras industrias que nos puedan dar mayor mano de obra. Eso sin desconocer que pueda coexistir en algún espacio, pero de ninguna manera estoy de acuerdo con que esa industria monopolice lo que significa el excedente de la energía.
-¿Cómo te posicionás sobre la construcción de más estaciones de servicio?
-Definitivamente hay que parar con la construcción de estaciones de servicio. Tenemos alrededor de 2.350 estaciones de servicio a nivel nacional, somos el país de la región -y yo creo que del mundo- con mayores estaciones de servicio por cantidad de habitantes, algo que de por sí ya nos debería llamar la atención. Nosotros entendemos que esto debe parar de manera categórica y empezar a ver si estas estaciones de servicio no solo dañan el ambiente, sino que ponen en peligro a la población. En cada cuadra hay dos o tres estaciones de servicio y eso es una locura.
-¿Qué hay detrás de esto?
-Lavado de dinero, hay un negocio que no entendemos, hay vasos comunicantes con el Estado. No se explica la cantidad para que sea un negocio que genere el lucro o rendimiento económico. Hay algo que no nos están contando y debemos averiguarlo.
-¿Qué pensás sobre aumentar los impuestos al agronegocio?
-Ese es un tema que hay que estudiar, independiente a que nosotros tengamos una fuga de malgasto público cotizada en alrededor de mil seiscientos millones de dólares. A veces, eso representa el freno o la excusa para no debatir la matriz tributaria del Paraguay en temas como el tabaco, las bebidas alcohólicas o la soja. Pero nosotros tenemos que adaptarnos y entender que los impactos que las cosas ocasionan en el rubro deben ser objeto de debate. Nosotros tenemos que empezar a pensar en una matriz tributaria un poco más igualitaria. Pensar en un proceso de gradualidad y que el que tiene más, pague más. Pero, en contrapartida, hay demasiadas excusas que son, en realidad, cosas verdaderas que de por sí se utilizan mal. De la mano de la matriz tributaria debería estudiarse también todo el esquema de la burocracia pública y del malgasto público.
-¿Cuál es tu posición en relación a la ley Zavala-Riera que criminaliza las ocupaciones de tierras?
-Nosotros votamos en contra de esa ley. Muchas veces creemos que convertir al Estado en un Estado policía representa la solución a los problemas sociales y eso no es así. Entendemos que hay cuestiones que tienen que ser objeto de un debate serio. Tenemos todo un problema catastral para empezar. Siempre se posterga su tratamiento. Paraguay es un país de dos y tres pisos por la superposición de títulos. Debemos tener un posicionamiento en cuanto al desarrollo rural. Debemos tener un plan con respecto a los latifundios improductivos y a la acumulación de tierras. Hoy las desigualdades en cuanto a concentración de tierras son de las más grandes de América.
-¿Y qué pensás del proyecto de ley que buscaba castigar con cárcel los cierres de rutas?
-Tenemos una historia de mucho autoritarismo. Este tipo de herramientas pueden potenciar liderazgos autoritarios que utilicen leyes para enervar un derecho, que es el derecho a la reunión, a la manifestación, que está bien que se ejerza. Nosotros lo hemos hecho durante toda nuestra vida gremial y política. Mal hoy podríamos decir que estamos a favor de una legislación que implica una mordaza, un retroceso, implica rémoras de la dictadura de Stroessner. Y eso lo han vivido nuestros padres y nuestros abuelos. Entonces, ojo con utilizar este tipo de herramientas con el pretexto de proteger la libre circulación.
-¿Estarías dispuesta a transparentar todos los ingresos, los donantes y los gastos de tu campaña?
-Sí, no tenemos mucho (se ríe) pero estamos interesados en utilizar otra lógica de recaudaciones ciudadanas que permitan monitorear en línea. Ese es el sueño. En realidad, nosotros no tenemos ni grandes donantes, ni grandes aportantes y ni siquiera queremos tenerlos porque obviamente eso siempre se vincula a situaciones de tener que empeñarse. El precio es demasiado caro. Estamos bien como estamos.
-Las tierras malhabidas, ¿cuál es tu postura sobre recuperarlas?
-Hay informes de la Comisión Verdad y Justicia para tener en cuenta a la hora de entender que hay títulos que son nulos y la propia Constitución establece eso. Cuando el origen de un negocio con el Estado es espurio, no surte efecto jurídico. No existe ese tema que tanto dicen de la buena fe, del tercero comprador o del saneamiento de esto ya en manos de los herederos y de los vendedores y de los compradores. Si no somos capaces de hacer un acuerdo sobre la manera en la que el Estado va a operar para reivindicar aquello que se ha adjudicado de manera ilegal y que vuelva a los sujetos originales – que son los sujetos de la reforma agraria – seguiremos dando vueltas en un círculo que no es virtuoso.
-¿Qué pensás sobre la legalización de la producción de cannabis y su uso medicinal o recreativo?
-Hay que comenzar a explorar mercados, opciones. Tenemos ejemplos como Canadá y otros lugares donde han utilizado a favor de la economía distintos aspectos del uso de la marihuana, tanto medicinal como también para combustibles y otras cuestiones que tienen que ser objeto de debate, de estudio y de un reposicionamiento de Paraguay con respecto a este tema. Sí te puedo decir que nosotros tenemos que reestructurar y repensar cómo estamos abordando el combate, entre comillas, a las drogas.
-Con la pandemia de la covid-19, el sistema de salud terminó de colapsar, pero también quedó demostrada la importancia de la salud pública. ¿Qué medidas tomarías para que acceder a la salud no dependa del bolsillo de la gente?
-Hoy tenemos un sistema que actúa en compartimentos estancos donde, por un lado, tenemos al Ministerio de Salud, que está comprometido porque es un órgano rector y al mismo tiempo es prestador de servicios. Eso hay que independizar. Nosotros no podemos seguir teniendo ahí ese conflicto de intereses. Por otro lado, tenemos las municipalidades con los famosos consejos locales de salud y el IPS.
La transformación pasa por unificar el sistema de salud, por separar lo previsional de lo sanitario que hoy representa una verdadera confusión en términos de prestación de servicios de salud en el IPS. Es una población prácticamente marginal la que accede al seguro del IPS. Sin embargo, tenemos un agujero en las cajas demasiado importantes. Son más de 3.400 millones de dólares que hay de déficit en esas cajas que son, al mismo tiempo, cajas de jubilación y también prestadoras de servicios de salud.
-UNESCO recomienda invertir un 7% del PBI en educación, ¿planeás aumentar la inversión a esta meta?
Sí, pero yo no reduciría el debate en la inversión nomás. Acá tenemos que pensar en la reforma. Hoy Japón está viendo otro tipo de diseño del sistema educativo en general. Toda la inversión tiene que estar vinculada a un plan, a una planificación importante que se dé en esos ámbitos, de lo contrario es solo dinero que se va a quedar ahí sin saber cómo usarlo.
-El año pasado cerró con 53 feminicidios y 11 casos a abril de este año, según el Observatorio de Violencia de Género del Centro Documentación y Estudios. ¿Qué cambios propondrías para mejorar la calidad de vida de las mujeres y disidencias sexuales y de género en el país?
-Tenemos que fortalecer nuestro sistema de protección, que es un entramado de instituciones que tiene que estar, en primer lugar, formado. Tenemos experiencia de mujeres que recurren a demandas por violencia doméstica, pero la policía le dice que no tiene personal y le indica a ella que lleve la notificación de exclusión del hogar. Imaginate la víctima confrontada con su propio agresor.
Debemos tener, en ese sistema público de protección, la construcción de albergues y posibilidades de sacarle a la gente del circuito de violencia. Tenemos que pensar en educación, en la formación de nuestros propios operadores, en la contención, en las oportunidades y las alternativas.
-Una de las opiniones que más se le criticó en redes sociales tuvo que ver con una ley de aborto o interrupción voluntaria del embarazo. ¿Cuál es tu postura en ese sentido?
-Yo no estoy a favor del aborto, creo que eso ocasiona un mayor daño y no soluciona el problema de fondo. No significa que yo esté a favor de la criminalización del aborto, que es una cuestión muy diferente. Tiene que plantearse desde el punto de vista técnico, científico, jurídico, son varias dimensiones.
Yo respeto las posiciones y reconozco que tengo que estudiar mucho más el tema porque a veces en el fragor de todo lo que uno hace cuesta ir tomando posiciones muy puntuales. Pero uno no tiene que eludir estos números que duelen hasta el fondo del corazón y tenemos que tomar decisiones en la medida que nos permita nuestra propia Constitución.
Sí, como principio, estoy en desacuerdo con el aborto, pero desde luego que siempre a toda regla hay excepciones que se dan en la medida de determinadas cuestiones que hacen a nuestra propia realidad.
-¿Qué opinás acerca de la unión civil entre personas del mismo sexo?
-La Constitución Nacional no habilita. Si vos me decís que hay una forma de habilitarlo, yo me callo, pero en este momento no hay. Entonces, hay un paso previo que hay que hacer para poder considerar pasos posteriores. Yo estoy dispuesta a debatir, a hablar, a contrastar porque esa es mi filosofía. Acá hay derechos que se tienen que proteger que surgen de esas uniones. Estamos hablando de derechos de propiedad, de derechos de un montón de cosas. Pero por el momento no se puede por nuestro marco constitucional.
-Si llegaras a la presidencia, ¿tu gabinete sería paritario (50/50 mujeres y hombres) pero con una mirada inclusiva a las disidencias sexuales y de género?
No, un gabinete paritario: 50 mujeres y 50 hombres.